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viernes, 11 de julio de 2014

Los Objetos de la esperanza: El bastón de Uriel

Silvina Juárez era una jubilada de unos 60 años. Para su desgracia y la de su familia, padecía una enfermedad cancerosa de tipo  terminal; aunque ella no estaba en lo absoluto afligida por su situación, es decir, lo tomaba como un proceso natural de la vida; no obstante sus dolores eran un mal mayor para su dura agonía. Los médicos la contenían con cuanto medicamento para el dolor existía, pero había veces que con eso no bastaba; al parecer le quedaban solo semanas de vida.
Pese a lo oscuro de su pronóstico, la mujer aun poseía fuerzas para movilizarse por el hospital. Sin embargo los últimos tiempos se podía mover con cierta dificultad; fue por eso que, no en balde, uno de sus hijos le regalo un bastón. Su hija mayor, le pregunto a su hermano donde había comprado el curioso objeto ya que, valga la redundancia, tenía un aspecto extraño.
El ultimo le contesto que no lo compro, que se lo regalo un señor que sorprendentemente declaro unas palabras al misterioso báculo, sin embargo el beneficiario del mismo no pudo entender lo que decía realmente el enigmático sujeto.
Cuando la desmejorada mujer lo utilizo por primera vez, dijo haber sentido como alguien le decía al oído “Tranquila Silvina, he venido a ayudarte; seré tu sostén de aquí en mas”. Al principio (aunque dándole la razón para no llevarle la contra) no creyeron en sus palabras. El desconcierto fue aun mayor ya que semana a semana, no solo sobrevivió sino que el número de células cancerígenas había disminuido drásticamente. Por las noches y crepúsculos, se la escuchaba hablar con alguien; todo era cada vez más insólito.  
La beneficiaria del bastón, decidió finalmente hablar con su hija Carla para confesarle todo. Que lo que la había ayudado era en realidad el Arcángel Uriel, Dios la había elegido a ella para que sea la transportadora del “Bastón de Uriel” ya que los demonios habían ocasionado grandes desastres. Lo único que el soldado angelical le pidió a la mujer es que sea la portadora de su voz y la del Señor para esta misión. La batalla entre el bien y el mal apenas había comenzado…. 

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